Regeneración en los Espacios Públicos: Reconectando a las Personas con la Naturaleza en las Ciudades

Artículo por Anita Rivera, Coordinadora de Comunidad e Incidencia de Chile Regenerativo 

En las últimas décadas, la humanidad se ha convertido en una especie predominantemente urbana. Este desarrollo histórico representa un cambio fundamental y sistémico en la relación entre los humanos y la naturaleza, ya que durante miles de años, la relación de la humanidad con la tierra se basó en un gran respeto de los límites que la misma naturaleza imponía al ser humano. Sin embargo, en los últimos cien años, hemos comenzado a observar que los impactos humanos en los paisajes del mundo están dominados por las huellas ecológicas de las áreas urbanas, que ahora se extienden por gran parte del planeta sin respetar los límites naturales del territorio.

Durante la pandemia de COVID-19, el mundo atravesó una verdadera ‘experiencia de vulnerabilidad’ colectiva, revelando en última instancia la interconexión de los desafíos en su escala global y local, como la salud física y mental, la contaminación, el cambio climático, la biodiversidad, y el suministro de alimentos y energía. La pandemia y el aceleramiento en los fenómenos extremos que estamos viendo producto del cambio climático, nos ha llevado a repensar cómo se diseñan nuestras ciudades para promover modelos que aseguren la armonía y salud de todos los seres vivos que en ella habitan.  

Es aquí donde la regeneración aparece como una gran oportunidad para repensar nuestras ciudades, poniendo al servicio del diseño urbano aquellos principios de los sistemas vivos que pueden transformar exitosamente los espacios públicos y entornos construidos, poniendo la vida al centro para generar entornos más resilientes y vibrantes. Al mismo tiempo, la ciudad regenerativa no solo se orienta hacia la regeneración de los espacios físicos, sino que también preserva las capacidades de los ecosistemas y los restaura activamente mediante el establecimiento de ciclos de materiales cerrados, eficientes y coherentes entre la ciudad y su entorno cercano (Schurig, 2021).

La Tendencia hacia la Urbanización

Hoy en día, aproximadamente el 60% de la población mundial vive en ciudades, mientras que para el año 2050, se espera que hasta el 70% de la población mundial resida en ciudades densamente pobladas (World Bank, 2023) . Esto plantea desafíos significativos en términos de infraestructura, recursos y calidad de vida, tales como:

  • Manejo del Calor: El impacto del calor en las ciudades es cada vez más significativo debido al fenómeno de las islas de calor urbano (UHI, por sus siglas en inglés). Este fenómeno ocurre cuando las áreas urbanas experimentan temperaturas notablemente más altas que sus alrededores rurales, principalmente por la absorción y retención de calor en materiales como el asfalto y el concreto.
  • Escasez de Agua: La escasez de agua en las ciudades es un desafío creciente, exacerbado por el cambio climático, el crecimiento demográfico y la urbanización acelerada. Según un informe de la ONU, se prevé que para 2050, más de 5.000 millones de personas vivan en áreas con escasez de agua al menos durante un mes al año. 
  • Abastecimiento de Alimentos: El abastecimiento de alimentos en las grandes ciudades enfrenta desafíos significativos debido a la urbanización acelerada, el cambio climático y las interrupciones en las cadenas de suministro. El aumento de personas viviendo en centros urbanos altamente poblados implica una mayor demanda de alimentos que deben abastecer a las ciudades, que deben ser transportados desde zonas rurales a largas distancias, incrementando los costos y la vulnerabilidad a interrupciones. La falta de infraestructura adecuada y la dependencia de proveedores externos hacen que estas ciudades sean vulnerables a los efectos del cambio climático, como sequías y fenómenos meteorológicos extremos, o incluso pandemias, que pueden interrumpir la producción y distribución de alimentos drásticamente.
  • Generación de Residuos: La generación de residuos en las ciudades representa uno de los desafíos ambientales más urgentes del siglo XXI. Con el crecimiento urbano, la producción de residuos sólidos ha aumentado exponencialmente. Según el Banco Mundial, se espera que se generen 3.40 mil millones de toneladas de residuos sólidos al 2050 si no se implementan medidas efectivas de gestión de residuos y modificaciones a los hábitos de consumo donde priman los envases desechables. 
  • Escasez de Áreas Verdes: La escasez de áreas verdes en las ciudades constituye un desafío crítico para la sostenibilidad y la calidad de vida urbana. Las áreas verdes son esenciales para el bienestar físico y mental de los residentes, y su falta puede tener graves consecuencias ambientales y sociales. En un escenario donde las grandes urbes parecen devorar los entornos naturales más vírgenes, la pérdida de biodiversidad y las condiciones adversas de vida tienden a afectar en mayor medida la salud mental de las personas que viven en ciudades. Un reciente estudio del King’s College de Londres (2024), publicado en la revista Scientific Reports, ha demostrado este punto mediante la obtención de datos concretos sobre cómo los espacios con mayor biodiversidad estimulan los sentidos humanos y reducen los problemas de salud mental, mientras que la falta de áreas verdes genera mayores índices de ansiedad y depresión. 

La ciudad como organismo vivo, resiliente y en constante transformación

Frente a este escenario de múltiples desafíos, una de las principales tareas de quienes planifican las ciudades, tiene que ver con la revitalización de los espacios públicos, para que los centros urbanos puedan ser polos generadores de bienestar para todos los seres vivos que habitan en ella. 

Sin embargo, para llegar hasta ese punto, primero se requiere de una transformación en la visión de la ciudad, desde la clásica visión de un área habitable contrapuesta a lo rural (o a aquello que está fuera de los límites urbanizados), a una visión de futuro donde la ciudad es vista como un organismo vivo y resiliente, integrado a un entorno natural del cual depende. 

La idea de sistemas anidados aquí es clave, pues nos permite entender la ciudad como parte de un todo mayor (ecosistema, cuenca, bioregión), y a su vez como una unidad compuesta de otros elementos de menor escala (comunas, barrios, calles, familias), en cuya interacción se genera la riqueza e identidad del lugar.

Este cambio implica una transición en los estilos de vida y los sistemas urbanos que no solo buscan minimizar el impacto ambiental, sino que también ayudan activamente a restaurar y mejorar los ecosistemas y las comunidades circundantes a través de una mirada circular, transformando la ciudad en un ecosistema de relaciones simbióticas entre los seres humanos y no humanos.

Biodiversidad como infraestructura vital

Los hallazgos de los científicos del King’s College (2024) subrayan que la biodiversidad debe considerarse parte de la infraestructura vital de las ciudades. Los espacios verdes con una variedad de plantas, árboles y animales no solo benefician al medio ambiente, sino también al bienestar mental humano. Investigaciones previas han descubierto una mayor incidencia de enfermedades mentales en áreas urbanas, atribuida en parte a la menor exposición a la naturaleza. Por otro lado, existe creciente evidencia empírica que indica que la exposición a entornos con mayor biodiversidad se asocia con resultados positivos en la salud mental.

Este argumento también tiene un respaldo desde el punto de vista técnico, con las llamadas Soluciones baladas en la Naturaleza (SbN), que representan una estrategia emergente y prometedora para abordar los desafíos ambientales, sociales y económicos que enfrentan las áreas urbanas. Estas soluciones aprovechan los procesos naturales y la biodiversidad para mejorar la resiliencia urbana, mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Las SbN incluyen una variedad de enfoques como la creación y restauración de áreas verdes, la implementación de infraestructura verde (techos verdes, jardines verticales), la gestión sostenible del agua (humedales urbanos, jardines de lluvia) y la promoción de la biodiversidad urbana (reintegración de flora nativa y corredores biológicos). Estos enfoques no solo ayudan a reducir el calor urbano, mejorar la calidad del aire y gestionar las aguas pluviales, sino que también ofrecen beneficios sociales como la mejora de la salud mental, y económicos como menores costos asociados al riego y el control de emergencias en fenómenos climáticos extremos como inundaciones.

Al integrar la naturaleza en la planificación y el diseño urbano, estas soluciones contribuyen a crear ciudades más resilientes, saludables y sostenibles. El éxito de estas iniciativas dependerá de la colaboración entre el gobierno, las comunidades locales y el sector privado, así como de la adopción de políticas que promuevan la sostenibilidad y la resiliencia urbana.

Casos pioneros en Chile y el mundo

A nivel global y en Chile, son varias las ciudades que han comenzado a implementar este tipo de iniciativas para transformar sus entornos urbanos. Es un primer paso hacia el diseño de ciudades regenerativas; una intervención nodal, en el gran desafío de cambiar el paradigma de lo que entendemos por ciudad y la integración de la naturaleza en espacios urbanos.

  • Seúl: De la autopista al espacio público – Cheonggyecheon es un río que recorre 5,8 kilómetros del centro de Seúl, en Corea del Sur. En la década de 1950, un importante flujo de inmigrantes dio lugar a la invasión de asentamientos informales a lo largo de las riberas del río. Utilizado como alcantarilla, el río pasó a estar gravemente contaminado y ser propenso a las inundaciones. En 1958, el río fue cubierto con hormigón y, a principios de 1970, se construyó sobre él una autopista de 16 metros de ancho. Sin embargo, a fines de 1980 la congestionada autopista llegó a ser vista como la causa de la mala calidad del aire y la degradación ambiental. Además, Cheonggyecheon actuaba como línea divisoria entre la dinámica zona al sur de la autopista y la zona norte, atrasada y menos competitiva. En el año 2003, el gobierno metropolitano, liderado por Lee Myung-Bak, alcalde de Seúl en aquel momento y luego presidente de Corea del Sur, decidió suprimir la autopista y restaurar el río, transformando el arroyo Cheonggyecheon en un espacio verde revitalizado, que ofrece a los ciudadanos un lugar para relajarse y conectarse con la naturaleza (Onu Hábitat, 2018).
  • Medellín: Corredores verdes para amortiguar el calor Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia después de Bogotá, inició su programa de “corredores verdes” en 2016 debido a preocupaciones por la contaminación del aire y el aumento del calor. Entre 2016 y 2019, el proyecto Corredores Verdes de Medellín creó una continuidad ecológica entre varios espacios naturales para restaurar los cinturones verdes y azules, fomentando el movimiento de especies. Las plantaciones de árboles urbanos y la creación de huertos urbanos favorecen la biodiversidad y contribuyen al bienestar de los habitantes. En dicho período, fueron creados 36 corredores verdes, donde se plantaron 8.800 árboles, 90 mil especies de plantas menores y se lograron conservar 65 hectáreas, lo que se tradujo en una disminución promedio de la temperatura de la ciudad en 2°C (WWF, 2021).
  • Puerto Varas: Drenaje urbano y ecohidrología – En marzo de 2023 se inauguró en Puerto Varas el proyecto Quebrada Parque, un futuro parque del agua y naturaleza urbana, que además es parte de la red global de sitios con los que UNESCO promueve la gestión sostenible de sistemas hídricos, y único en Chile. Quebrada Parque es una iniciativa que busca recuperar Quebrada Honda en Puerto Chico,  uno de los últimos reductos de naturaleza urbana de Puerto Varas. En este lugar, estamos potenciando específicamente las  funciones  hidrológicas, ecosistémicas y de uso público en torno a este humedal urbano cuyas aguas van a dar al lago Llanquihue. Es un proyecto que se ha realizado de manera colaborativa con diversas organizaciones locales y que muestra que cuando se gestionan estos espacios de forma sostenible y se reconoce el agua como elemento de valor en la planificación urbana, todos se benefician (El Heraldo Austral, 2023).

Si quieres conocer sobre otros proyectos de regeneración del espacio público, te invitamos a conectar al evento online que tendremos sobre esta temática, el día martes 11 de junio de 10:00 a 11:30 hrs por Zoom. Inscríbete en el siguiente link.

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