Artículo por Anita Rivera, Coordinadora de Comunidad e Incidencia de Chile Regenerativo
En Noviembre de 2023 concluimos el piloto de los Diálogos Regenerativos Locales, una exitosa iniciativa que implementamos durante el año como Chile Regenerativo, junto al equipo de CoLab UC y cuatro organizaciones locales a lo largo de Chile.
¿Qué son los Diálogos Regenerativos Locales?
A inicios del 2023 iniciamos un proceso de aprendizaje colaborativo, cuyo objetivo central fue poder comprender en profundidad, las distintas perspectivas, enfoques y manifestaciones de la regeneración presentes en diferentes territorios de Chile. A su vez, nos interesaba comprender el rol potencial que Chile Regenerativo pudiera tener en la articulación de esos procesos regenerativos en cada territorio.
A través del desarrollo de estos encuentros que llamamos “Diálogos Regenerativos Locales”, buscamos construir confianzas que permitieran potenciar a la comunidad de actores regenerativos a nivel local, así como también integrar a nuevos actores a los esfuerzos que se requieren para alcanzar un nuevo paradigma de desarrollo en Chile.
Para ello, lo primero que hicimos fue un llamado abierto a la comunidad de organizaciones regenerativas en Chile, y también a todas aquellas organizaciones locales interesadas en la regeneración.
Recibimos 46 postulaciones donde cada organización nos contó sobre el potencial regenerativo del lugar donde se encontraban, cuáles eran los principales desafíos del territorio, y qué faltaba para articular de mejor manera a los actores locales claves en pos de un movimiento regenerativo más potente.
Después de un arduo proceso de selección, las organizaciones elegidas para trabajar este primer piloto de Diálogos Regenerativos Locales fueron: Corporación Yunus y Eco Parque Municipalidad de Peñalolén (Región Metropolitana); Fundación Naturaleza Pública (Región de Aysén); ONG Regenerativa (Región de Los Lagos); y Matriz de Empatía Cooperativa y Eco Aldea (Región de la Araucanía).
La elección de estas organizaciones respondió a tres criterios principales:
- Que fueran proyectos o iniciativas que estuvieran orientadas hacia un fin colectivo por sobre el personal.
- Proyectos o iniciativas que tuvieran algún enfoque territorial claro, y donde exista algún grado de articulación ya iniciado con otros actores locales del mismo lugar.
- Proyectos o iniciativas que estén buscando fortalecer esa articulación con otros en base a la regeneración.
En conjunto con el equipo de CoLab UC y las organizaciones locales seleccionadas, desarrollamos una metodología de trabajo propia que se inspiró en metodologías que vienen desde el mundo del liderazgo participativo, la innovación y la regeneración. La Teoría U, Art of hosting, Dragon Dreaming, Natural Step y Three Lines of Work fueron solo algunas de las metodologías consideradas y estudiadas, que permitieron consolidar un método que nos ayudó a profundizar y visualizar el potencial del trabajo conjunto entre individuo, comunidad y ecosistema.
En cada territorio, se dieron prioridad a diferentes aspectos metodológicos, basados en el trabajo de co-diseño del diálogo realizado previamente con la organización local. Este enfoque se orientó a atender las necesidades específicas de cada lugar, ofreciendo una herramienta adaptada a los procesos colectivos que se percibían dentro de cada territorio, para así potenciar y fortalecer la regeneración eco social del lugar.
Aprendizajes regenerativos desde lo local
Uno de los principales aprendizajes que rescatamos tiene que ver con haber entendido empíricamente el concepto de lugar; ese espacio donde confluye el quehacer humano y la identidad geográfica, y la coevolución que se da a lo largo del tiempo entre ambos.
En la mirada del desarrollo regenerativo, el lugar es una entidad dinámica y compleja, en constante cambio y evolución. Ahí es posible ver una constelación de patrones y sistemas anidados, interdependientes, donde se entrecruzan constantemente dinámicas sociales y dinámicas naturales.
Comprender el lugar y su potencial es el punto de partida clave para todo tipo de proyecto, y para ello es fundamental primero entender qué hace único a ese lugar; cuál es su esencia, su historia y sus patrones a lo largo del tiempo. Y quién mejor preparado para lograr esa comprensión, sino las mismas personas que viven en el lugar. Cuando una comunidad logra identificar qué es aquello que la hace única, entonces puede generar una oferta de valor que no existirá en otro lugar.
A ratos esto último resulta un poco evidente, pero en la práctica no lo es tanto, si pensamos que la mayoría de las políticas que determinan un lugar se toman a la distancia, por personas que no viven ahí, y que por tanto pueden no tener la sensibilidad para entender esos patrones, las dinámicas, ni las redes de relaciones que sostienen la vitalidad de un determinado lugar. Es por ello que integrar la mirada local en la toma de decisiones para la construcción de políticas públicas, resulta fundamental para el futuro desarrollo regenerativo de cada lugar.
Todos los lugares que visitamos son exquisitamente diferentes en la manifestación de la regeneración; tienen sus propias identidades, ritmos y dinámicas. El desafío es hacer que ese potencial se manifieste y se sostenga en el tiempo, para que los lugares en que vivimos y trabajamos no sólo sostengan un equilibrio precario, sino que efectivamente puedan prosperar y generar vitalidad para todos los seres que habitan ese territorio.
Conectar a las personas
Otro aspecto interesante que observamos tiene que ver con las personas, y lo que ocurre cuando nos reunimos a conversar desde lo profundo del ser humano. Existe una tremenda necesidad de conectarnos, vincularnos y reconocernos entre pares a nivel local. Especialmente porque muchos no se conocen aún, a pesar de estar en el mismo lugar e interesados en los mismos temas.
La sociedad hiper digitalizada en la que vivimos y en especial la pandemia, han perjudicado mucho nuestra capilaridad social, y aunque la digitalización facilita mucho la conectividad y el acceso a la información, la presencialidad en las reuniones sigue siendo muy relevante para facilitar procesos de diálogo basados en la confianza.
El desarrollo regenerativo también trabaja para crear una energía de cuidado y compromiso entre las personas de un lugar, y parte clave de eso es encontrar continua y conscientemente, maneras de regenerarnos a nosotros mismos y a nuestro pensamiento. Y es precisamente cuando nos conocemos, vinculamos y compartimos miradas con un otro, que efectivamente cultivamos esa capacidad de cuidado y compromiso a nivel colectivo.
A medida que los vínculos son fuertes y potentes entre las personas que habitan un determinado lugar, se genera lo que se conoce como “mutualismo co-evolutivo” o “redes mutualistas”; es decir, relaciones mutuamente beneficiosas que tienen el poder de ampliar su contribución al lugar a través del tiempo.
El concepto redes mutualistas proporciona una forma relacional de pensar sobre el mundo. En lugar de ver objetos separados (Ej. “árbol”, “hongo” o “ardilla”, “personas”), podemos ver una red de relaciones donde dados estos vínculos de interdependencia mutua, las distinciones entre organismos se vuelven menos significativas. Así, una red mutualista prospera cuando cada parte involucrada es cada vez más consciente e invierte en el bienestar continuo de las otras partes y su capacidad para responder a los cambios del entorno.
La regeneración es un qué y es un como
Finalmente, es importante destacar que más allá de los resultados obtenidos, la construcción de estos diálogos, fue un proceso en sí mismo que dejó muchas enseñanzas, especialmente en relación a la flexibilidad metodológica que requiere el trabajo con sistemas sociales vivos.
Desde Chile Regenerativo junto a CoLab UC construimos una metodología que luego iteramos en función del lugar y lo observado, en conjunto con la organización local, para dejar emerger aquello que fuera de real utilidad y valor para el territorio y sus personas. Todo ese viaje agregó mucho valor al proceso, y nos permitió demostrar como personas, como equipo y como colectivos, la importancia de tender puentes para armonizar diversos niveles de entendimiento en torno a la regeneración y el desarrollo regenerativo.
Por último, nos alegra mucho de que este ejercicio colectivo también haya generando avances dentro de las organizaciones locales, desde mirarse y reconocerse como personas más allá de sus cargos, hasta escoger un nombre y vislumbrar un propósito, hasta movilizar a ampliar la red, o simplemente embellecer la casa para recibir a los vecinos.
Esperamos que el 2024 nos traiga nuevos diálogos regenerativos locales en otras partes de Chile, para seguir avanzando en la comprensión de este nuevo paradigma y cómo la regeneración se manifiesta en los distintos lugares que habitamos.
Si quieres conocer más sobre las reflexiones de este proceso, te invitamos a ver el video final que publicamos sobre el proceso de los Diálogos Regenerativos Locales 2023.