Con toda la vida sin excepción: Lecciones Del 4to Diálogo Local De Chile Regenerativo en Cunco

El pasado 25 de noviembre, en el sector de Huichahue, en la precordillera de la comuna de Cunco, se llevó a cabo el 4to Diálogo Local de Chile Regenerativo junto a un grupo de vecinos locales, integrantes de comunidades mapuches y funcionarios públicos de la región.

Este cuarto Diálogo Regenerativo Local, fue un evento co-diseñado entre Chile Regenerativo, y el equipo de Matriz de Empatía, Cooperativa y Eco Aldea conformada por 34 personas y familias cuyo propósito es desarrollar modelos de habitar más empáticos y sostenibles.

El propósito del encuentro fue explorar el potencial de una visión colectiva de desarrollo local para Cunco, basado en la empatía y la regeneración ecosocial. A través de una reflexión colectiva y guiados por el equipo de CoLab UC con una metodología que los movilizó desde el presente a un futuro de sueños para el territorio, los participantes trabajaron en grupos para abordar desafíos locales y vislumbrar horizontes posibles al 2030.

Los aprendizajes de este diálogo nos muestran un presente que reconoce un territorio adolorido, pero que a su vez sueña con la regeneración eco social del lugar, con un futuro basado en un desarrollo humano en armonía con la naturaleza, diverso, respetuoso y empático.

El dolor se hace presente en la Araucanía

Cunco es una comuna chilena ubicada en la provincia de Cautín, en la Región de la Araucanía. Conocida por su belleza natural, se destaca por estar rodeada de lagos, ríos y bosques nativos. Su belleza escénica se entrelaza con una rica herencia cultural mapuche, que se hace presente en los relatos e historias locales, en el conocimiento de la tierra, sus plantas y animales.

Esta relación ancestral entre comunidad y naturaleza hoy se ve seriamente amenazada por la presencia de monocultivos forestales, el avance de la urbanización, las parcelaciones y el cambio climático; generando el ya conocido espiral de incendios, sequía, erosión y pobreza.

Esta crítica realidad no es sólo de Cunco y sus alrededores, sino que de gran parte de los territorios de la Araucanía y otras regiones del centro sur de Chile que históricamente han experimentado un dolor profundo, marcado por una compleja amalgama de conflictos sociales, económicos y culturales. Este dolor se manifiesta en múltiples formas, desde la histórica marginalización de la comunidad mapuche hasta la tensión actual por la disputa de tierras y recursos, que han dejado una huella imborrable en las personas y comunidades locales.

Pero el dolor no es sólo de la tierra; también se refleja en el ámbito social. La Región de la Araucanía es la segunda región más pobre de Chile (Casen 2022 en CIPER, 2023), y los desafíos en torno a la falta de oportunidades económicas equitativas, han provocado un clima de tensión y frustración en la región.

Así es como duele una población de adultos mayores que viven en condiciones precarias; duele la desconexión de las decisiones políticas con lo que realmente ocurre en los territorios; duele la falta de información para conectar a los vecinos en el cuidado de la tierra; y duele la poca diversificación económica, que perpetua a la industria forestal como la única actividad económica posible para el territorio, y a su vez invisibiliza al resto del sector privado.

El diagnóstico del presente es claro. La multicrisis de la cual tanto se habla a nivel global, es absolutamente palpable a nivel local. La búsqueda de soluciones a largo plazo que aborden las raíces profundas de este dolor es fundamental para sanar las heridas y construir un futuro más inclusivo y justo para todos los habitantes de la Araucanía.

Soñar con un territorio regenerativo y el camino posible

Pero a su vez, en este sombrío panorama, brotan sueños. Los habitantes de este territorio anhelan regenerarlo, tejiendo un nuevo modelo de vida local. Sueñan con la preservación no solo de su cultura mapuche, sino también con la restauración de la biodiversidad, los cauces de agua, la forma de hacer economía y las relaciones humanas. Este sueño va más allá de lo inmediato; es un compromiso a largo plazo, una sostenibilidad en el tiempo basada en el cuidado del Itrofill Mogen, o “toda la vida sin excepción”  (Endémico, 2017).

En este anhelo de regeneración, se entrelazan los hilos de la soberanía alimentaria y el desarrollo local. La mirada se vuelve hacia una matriz económica interconectada y sólida, donde lo ambiental, lo cultural y lo económico convergen en un camino hacia la recuperación integral del territorio. La conservación del bosque nativo se alza como un pilar fundamental, mientras se visualiza la eliminación de las empresas extractivistas, allanando así el camino para una cooperación comunitaria en aras del desarrollo con pertinencia local.

Para lograrlo, vuelve a aparecer esta idea del trabajo en tres niveles tan propio de la regeneración. El trabajo a nivel individual, colectivo y ecosistémico, se entrelazan para avanzar hacia un modelo de desarrollo regenerativo holístico que integre los diversos componentes presentes en un sistema.

Por un lado, aparece fuertemente un enfoque basado en el entendimiento personal de la responsabilidad de habitar estas tierras. Se abraza una mayor conciencia individual y colectiva, con un énfasis en la comunidad como motor de cambio, y donde la Matriz de Empatía, se levanta como un faro de inspiración en esas nuevas formas de organización, configuración y responsabilidad que puedan servir a los vecinos y comunidades del sector.

En este camino de transición entre el presente de gradado y el futuro regenerativo que se sueña, la intersección entre el sector público y la comunidad se vuelve crucial. Se necesitan sinergias más sólidas, una gestión menos burocrática y una organización por cuencas que permita un desarrollo más armonioso y sostenible.

A su vez, la diversificación productiva emerge como una pieza clave en este rompecabezas. La creación de centros productivos, turísticos y comunitarios se vislumbra como una ruta hacia la revitalización económica y social del territorio que permita sostener la transición hacia una vida regenerativa.

Entre la herida abierta y el anhelo de sanación, este territorio mapuche en la Araucanía nos enseña que la recuperación integral no es solo un sueño lejano, sino una realidad anhelada y posible. El diálogo, la colaboración y la acción colectiva se erigen como luces de esperanza en un horizonte donde la regeneración se convierte en un propósito común, una hoja de ruta hacia un futuro en el que la tierra y sus habitantes florezcan nuevamente.

Si quieres revivir nuestro encuentro, o conocer más detalles de lo que fue esta maravillosa jornada, revisa el video que realizamos para el evento. Y si quieres contactar al equipo de Matriz de Empatía Cooperativa y Eco Aldea, te dejamos sus datos a continuación: 
Instagram: @matriz_de_empatia
Mail: matrizdempatia@gmail.com 
Whatsapp: +56 9 6577 5631

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